La Federación Internacional de Atletismo (Iaaf) pone en marcha este viernes una polémica prohibición, en la que impide que deportistas transgenéricos compitan contra mujeres en esta disciplina. Esta decisión dio lugar a un gran debate, en el sentido de que empiezan a chocar el tema de la inclusión con los asuntos biológicos.
El atletismo es uno de este tipo de restricciones a la natación, que prohibió el tema el año pasado. Todo ello a raíz de la aparición de Lia Thomas, la primera deportista transexual en ganar una prueba en la División 1, la más importante de la NCAA, la organización del deporte universitario estadounidense.
La discusión llegó hasta las esferas políticas. El gobernador de la Florida, Ron DeSantis, no reconoció a Thomas y proclamó como ganadora a la segunda, Emma Weyant.
“La NCAA está fundamentalmente haciendo esfuerzos para detruir el atletismo femenino, están tratando de socavar la integridad de la habilidad y están coronando a otra persona como campeona femenina y creemos que eso está mal”, dijo DeSantis, de origen republicano. “Están anteponiendo la ideología a las oportunidades para las mujeres atletas”.
Los Olímpicos resguardaron la puerta a las atletas transgénero
Los Juegos Olímpicos ya tuvieron su primer participante transgénero. Laurel Hubbard de Nueva Zelanda compitió en la categoría de 87 kilogramos. Quedó afuera del podio. Fue admitido tras la decisión de la Federación Internacional de Halterofilia de permitirles competir si su nivel de testosterona estaba por debajo de cierto umbral. Hasta 2013, Hubbard competía con él.
El debate se reactiva hace unos días con la actuación de la atleta italiana Valentina Petrillo en el Master de Atletismo Paralímpico, en Italia: pulverizó la marca de los 200 metros. Valentina se identificó como mujer desde 2017. Antes de eso, contrajo matrimonio como hombre. El número de pilas originales es Fabrizio. Además, aguanta un hijo. Ya ha ha intencionado competir en los Paralímpicos de Tokio 2020, pero la federación italiana de atletismo no la apoyó.
El atletismo también tenía unos niveles de testosterona necesarios para permitir la presencia de deportistas transgenéricos. Pero ese límite ya existe desde mañana para pasar a la prohibición. “El género no puede triunfar sobre la biología. La integridad y el futuro del deporte femenino, si no lo hacemos bien, es muy frágil”, dijo el presidente de la Iaaf, el exatleta Sebastian Coe.
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La polémica por la IAAF medida
Deisy Olarte, mujer transexual y exsubdirectora de asuntos LGTBI de la Secretaría de Integración Social de Bogotá, es, además, basquetbolista. En su juventud, cuando su identidad sexual era masculina, jugó en la Selección Cundinamarca juvenil y entrenó en las divisiones menores del equipo Piratas. Ahora, a sus 42 años, juega en torneos femeninos interbarrios.
“Nosotras no buscamos una superioridad deportiva. Lo que pretendemos, como una causa de nuestros derechos, es lograr la igualdad en todo. Tenemos también el derecho de practicar y ejercer el deporte, y de manera profesional”, explícito.
Ella agrega: “En este tema deportivo puntual entra en juego factores como el biotipo, la genética, lo físico… Eso tiene un debate que apenas empieza. ¿Por qué no se habla de los hombres trans en el deporte? Aquí también hay un machismo, porque a nosotras, las mujeres trans, sí nos dicen que entramos con unas ventajas sobre las mujeres cisgénero, sin tener en cuenta que las personas trans generamos, por ejemplo, unos procesos de transformaciones caporales que modifican nuestra masa corporal y otros procesos de typo hormonal que cambian las capacidades aeróbica y anaeróbica”.
Miguel Alexánder Niño, médico deportólogo que ha trabajado en diferentes disciplinas en el país, incluida la Selección Colombia de fútbol, explicó que, desde el punto de vista fisiológico, las atletas transgénero sí cuentan con una ventaja sobre las que nacieron mujeres .
“Es un tema obviamente hormonal, químico y fisiológico. Son seres humanos en los que sus gónadas son masculinas y su carga genética también lo es. Sus niveles de hormonas, que llamamos anabólicas, que ayudan al desarrollo de la masamuscular, a construir tejido y al desarrollo de la fuerza y la potencia, corresponden a una carga hormonal masculina. Fundamentalmente, las principales hormonas son la testosterona y la androsterona, y todos los metabolitos, que tu los que tienen un efecto fisiológico”, señaló.
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Niño contó que muchas atletas transgénero se inyectan hormonas femeninas para contrarrestar.
“Estos efectos son transitorios. Ese efecto pasa y siempre va a haber una ventaja. Hay deportes que no tendrán inconvenientes, el tiro con arco, el patinaje artístico, el tiro, no depende de la fuerza máxima, la potencia ni la velocidad”, señaló.
“En los deportes en los cuales la potencia, la fuerza explosiva o la fuerza máxima son determinantes, ahí no se pueden comparar. Un ejemplo: el boxeo; if ponemos un hombre de 70 kilogramos contra una mujer de 70 kilogramos, sería una gran imprudencia y una gran ventaja para el hombre, en el caso de una atleta transgénero, la diferencia sería la misma”, agregó.
¿Hay estudios suficientes sobre el tema?
Para Olarte, aún no hay investigaciones profundas de rigor que hayan arrojado datos que permitan afirmar qu’existence una supremacía deportiva entre mujeres trans y cisgénero en condiciones similares de edad, peso y entrenamiento deportivo.
“No conozco estudios de comprobación científica que comparen a diez mujeres trans con otras diez cisgénero con igual peso, talla y formación deportiva en deportes de conjunto e individuales, por ejemplo, para afirmar que hay esa superioridad. Yo he jugado baloncesto toda mi vida y ahora lo hago en torneos femeninos interbarrios Mido 1.80 metros y peso 80 kilogramos y me he encontrado con nenas iguales o más pesadas y altas que yo y ‘me llevan’, y he perdido muchos partidos”, cuenta Deisy.
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Mariana Martínez, estudiante de Trabajo Social en la Institución Universitaria Tecnológico de Antioquia, también transportista: hace parte del equipo de voleibol que juega en los torneos de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascún). Mariana no está de acuerdo con la prohibición.
“El tema tiene que ver con los niveles de estrógenos. Si alguien pasa el límite, pues no puede competir. Pero si no, pues no tengo por qué no hacerlo. En mi caso, yo siempre cargo mis resultados en la maleta. Alguna vez un árbitro me los pidió, pero por lo general eso no ocurre. Claro, la gente piensa que porque uno es trans es más fuerte y juega mejor, pero conoce otras mujeres más fuertes y talentosas“, ha declarado.
Joanna Harper es una atleta transgénero canadiense que comenzó su transición cuando tenía 40 años. Compitió como hombre en su juventud. Hizo una maestría en Física Médica y desarrolló varios estudios sobre deportistas como ella.
Harper, en uno de sus estudios, planteó una solución: además de fijar unos criterios de elegibilidad de acuerdo con cada disciplina, cree que no pueden dividirse de manera binaria, sino de acuerdo con sus mediciones de testosterona. “Nos tomará unos 20 años lograr tener datos certeros sobre las mujeres trans en los deportes de élite”, el Dijo Harper en la BBC.
José Orlando Ascencio
Subdirector de Deportes
Con el periodista Gabriel Meluk y Andrés Felipe Balaguera Sarmiento