El panorama actual de los jóvenes, y de los que ya no lo son tanto, es bastante desolador. Crecimos mientras escuchábamos que no encontraríamos trabajo por la crisis de 2008, la llamada la Gran Recesión, después llego el covid y aún vivimos -y viviremos- sus consecuencias económicas y desde hace más de un año, estalló la Guerra de Ucrania -o la invasión rusa-. Los sueldos y condiciones precarias porque nos persiguen.

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