La mandataria de Honduras, Xiomara Castro, lanzó fuertes críticas hacia lo que definió como una campaña metódica de desinformación llevada a cabo por algunos sectores de la prensa nacional. Durante un evento oficial en Tegucigalpa, la presidenta manifestó su inquietud por lo que percibe como una táctica mediática dirigida a tergiversar la realidad del país, subestimar los avances de su gobierno y propiciar un ambiente de inestabilidad política.
Durante su discurso, Castro destacó que, pese a los desafíos heredados y las limitaciones estructurales, su administración ha logrado avances significativos en materia económica, social y de transparencia institucional. Sin embargo, sostuvo que estos esfuerzos se ven constantemente opacados por un tratamiento mediático que, según ella, prioriza la crítica sensacionalista y omite deliberadamente los logros de su gestión.
“Nos enfrentamos a una narrativa tóxica que busca desmoralizar al pueblo y debilitar la institucionalidad democrática. La prensa debe informar, no manipular”, afirmó la presidenta, quien además denunció la existencia de “alianzas oscuras” entre sectores mediáticos, económicos y políticos que, a su juicio, buscan deslegitimar a su gobierno.
La mandataria resaltó que, desde su llegada al poder, se han implementado medidas concretas para mejorar la recaudación fiscal, combatir la corrupción, fortalecer la educación pública y avanzar hacia la recuperación de la soberanía energética y alimentaria. También hizo referencia al proceso de depuración de la Policía Nacional y al relanzamiento de programas sociales dirigidos a las poblaciones más vulnerables.
En ese contexto, Castro argumentó que los ataques mediáticos se han intensificado a medida que el país comienza a mostrar signos de recuperación económica y consolidación democrática. Según ella, se trata de una reacción de sectores que se vieron beneficiados durante gobiernos anteriores y que ahora ven afectados sus privilegios.
El presidente expresó su crítica junto a un llamado a la población para que se mantenga unida ante lo que calificó como una “guerra de información”. Además, instó a los medios a desempeñar su papel con ética, equilibrio y dedicación a la verdad, remarcando que la libertad de prensa no debe ser un pretexto para la manipulación o para promover intereses políticos.
El discurso de la presidenta se produjo en un momento marcado por una creciente polarización mediática y política en el país. Diversos actores han manifestado su preocupación por la tensión entre el poder Ejecutivo y algunos medios de comunicación, especialmente en torno a temas sensibles como la reforma judicial, la política energética, los proyectos de inversión extranjera y la seguridad ciudadana.
Analistas de la región indican que el conflicto entre la administración y los medios de comunicación demuestra una lucha más extensa acerca de la dirección que debería adoptar la nación. Por un lado, el gobierno promueve un plan de reforma profunda que se fundamenta en valores de soberanía, inclusión y equidad social, mientras que los críticos sostienen que hay una inclinación hacia medidas autoritarias y una carencia de transparencia ante el examen público.
Por otro lado, entidades que promueven la libertad de prensa han insistido en la relevancia de salvaguardar el derecho a informarse y a expresar opiniones, mientras resaltan la urgencia de conservar normas profesionales en la práctica periodística. En este contexto, han instado tanto a las autoridades como a los medios de comunicación a entablar un diálogo respetuoso que asegure un entorno democrático, diverso y constructivo.
En este contexto, la presidenta reafirmó su dedicación a defender la democracia y la participación cívica, mientras aseguró que su gobierno seguirá promoviendo reformas importantes para el bien de la mayoría. “No lograrán desviarnos de nuestra ruta. La gente está al tanto de quiénes han apoyado la corrupción y quiénes trabajan por una nación más equitativa”, finalizó.
El debate sobre el rol de los medios en la vida política de Honduras continúa, con posturas divididas entre quienes respaldan la denuncia de la presidenta y quienes consideran sus declaraciones un intento de silenciar las voces críticas. Lo cierto es que, en un contexto de transición y reforma, la relación entre poder político y medios de comunicación seguirá siendo un eje central de la agenda pública en los próximos meses.