El nuevo curso político portugués se inicia imitando al pasado. Los profesores siguen en pie de guerra contra el Gobierno y amenazan con repetir la inestabilidad que sufrieron los alumnos el año anterior debido a la sucesión de huelgas. Este lunes, recién estrenado el curso escolar, han comenzado los paros convocados por Stop, un sindicato minoritario que ha revolucionado las movilizaciones educativas con su confrontación radical. La situación en la sanidad pública sigue lejos de arreglarse pese a la creación de un organismo independiente para gestionarla. Y Chega, el partido de ultraderecha que lidera André Ventura y que es la tercera fuerza parlamentaria, presenta este martes una moción de censura contra el Gobierno socialista de António Costa, que es la segunda que promueve en 14 meses. “No nos pidan que vengamos con calma. Chega viene con todo para acabar con el Gobierno del PS en Portugal”, bramó Ventura al anunciarla hace una semana.

Sin embargo, la mayoría absoluta socialista en la Asamblea de la República no concede ninguna opción a esta moción, que también recibirá el previsible rechazo de los restantes partidos de izquierda (Partido Comunista Portugués, Bloco de Esquerda, Livre y Pessoas-Animais-Natureza). Esta vez, sin embargo, la ultraderecha ha encontrado un nuevo aliado parlamentario: Iniciativa Liberal, cuarta formación en la Cámara y que se abstuvo en la de 2022, ha anunciado que apoyará la moción a pesar de considerarla “una maniobra de distracción”.

Ventura, por el contrario, no ha logrado atraer al principal grupo de la oposición, el Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha), que se abstendrá. Su líder, Luís Montenegro, ha ninguneado la moción como “una chiquillada”. El debate se celebra en plena campaña electoral de las regionales de Madeira, donde el centroderecha es favorito para ganar los comicios que se celebran el próximo domingo 24 y donde la ultraderecha aspira a ser necesaria para gobernar.

Chega alude, entre otros motivos, a las crisis de la sanidad pública y la vivienda para justificar su reprobación al Gobierno, que de momento no ha logrado reconducir los graves problemas en esas áreas ni en la educativa. Las dificultades de acceso a la vivienda se agravan cada año con subidas de precios que resultan imposibles de asumir por los portugueses dados sus bajos salarios. El gran paquete legal Más Vivienda, elaborado por el Gobierno y aprobado por la Asamblea de la República a finales de julio, ha sido vetado por el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, que no lo consideró creíble para resolver el agujero inmobiliario. “No es fácil ver de dónde vendrá la prometida oferta de viviendas con eficacia y rapidez”, señaló a finales de agosto en el texto donde explicó su rechazo a promulgar la norma en el Diario de la República.

La ley bloqueada contempla varias medidas radicales para tratar de intervenir en el mercado inmobiliario. Se prohíbe la apertura de nuevos apartamentos turísticos en Lisboa, Oporto y buena parte del litoral del país, además de imponer una “contribución extraordinaria” a los dueños de los pisos turísticos y de abrir la puerta a la suspensión de la licencia de la actividad en edificios donde haya una mayoría de propietarios en contra. Medidas que persiguen incentivar el retorno de alojamientos turísticos al mercado de alquiler tradicional. Además, se eliminaba el acceso a los visados de oro a través de la compra de casas. Más de 10.000 extranjeros han recibido un visto gold en Portugal entre octubre de 2012 y febrero de 2023 por sus inversiones inmobiliarias, lo que algunos consideran un estímulo al alza de precios.

Se prevé que esta ley vuelva a ser votada y aprobada por el Parlamento para ser remitida de nuevo al presidente de la República, que estaría obligado a promulgarla si los diputados la confirman en los mismos términos que la vetada. Es uno más de los recientes choques entre el jefe del Estado y el primer ministro, António Costa, que están ahora muy lejos de la sintonía que mostraron durante la primera legislatura que compartieron.

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Marcelo Rebelo de Sousa saluda a una emigrante portuguesa en Toronto junto al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, el 15 de septiembre.CARLOS OSORIO (REUTERS)

Tras una visita oficial de cinco días a Canadá, Marcelo Rebelo de Sousa trata de frenar la polémica que ha desatado su comentario sobre el escote de una joven. En una calle de Montreal, tras ser saludado por una emigrante portuguesa y su hija, el presidente de la República se despidió con estas palabras en referencia a la ropa de la joven: “La hija es más bonita que la madre. Todavía va a coger una gripe. ¿Ha visto bien el escote?”.

Las críticas le han llegado desde representantes de distintos partidos. “No se hace una broma sobre un escote. Quien no ha percibido esto y es presidente de la República tiene que aprender y pedir disculpas. El sexismo nos destruye. No tiene gracia”, señaló la diputada socialista Isabel Moreira. Rebelo de Sousa ha negado que se tratase de un comentario sexista y sostiene que estuvo únicamente motivado por el frío.

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