La caótica huida de decenas de miles de civiles del Nagorno Karabaj se ha visto agravada por la explosión la noche del lunes de un tanque en un centro de distribución de combustible cercano a Stepanakert, la capital del enclave armenio en territorio de Azerbaiyán, y ante el cual cientos de personas esperaban para llenar sus depósitos y huir del lugar. El número de muertos confirmados asciende ya a 68, pero las autoridades creen que podrían ser muchos más, según explicó a EL PAÍS el Defensor del Pueblo karabají, Gegham Stepanián.

A última hora del martes, el Gobierno armenio aseguró que más de 28.000 karabajíes han cruzado ya la frontera desde que las autoridades empezaron a dar permiso para ello en la tarde del domingo. Esto supone que cerca de un cuarto de la población del enclave (unas 120.000 personas) ya lo ha abandonado.

De esos 68 muertos, únicamente 21 han podido ser identificados. El resto no ha sido posible, porque sus cuerpos han quedado “carbonizados”, aseguró Stepanián, debido al grave incendio que siguió a la potente explosión, que se pudo percibir a varios kilómetros a la redonda y cuyas causas aún no han sido aclaradas. Además, el Defensor del Pueblo explicó que su oficina ha recibido llamadas de familiares en busca de 95 personas que no han podido ser aún localizadas.

Los familiares de las víctimas se agolpaban este martes en los hospitales y en el lugar del accidente en busca de pruebas —objetos personales, ropas…— que les indicasen si sus seres queridos se hallaban ahí. “Hay muchos desaparecidos, los testigos estiman que más de 100 personas resultaron completamente calcinadas en el incendio”, tuiteó el antiguo ministro de Estado karabají Artak Beglarián.

En un primer balance, las autoridades habían anunciado la muerte de 20 personas y que otras 290 estaban ingresadas en el Hospital Republicano y en el Hospital Infantil de Stepanakert. También los soldados rusos del contingente de paz evacuaron a heridos para hacerse cargo de ellos en un hospital de campaña de su base. El asesor presidencial azerbaiyano Hikmat Hajiyev aseguró que los hospitales de varias localidades cercanas a Nagorno Karabaj fueron evacuados “para recibir a los heridos”.

Faltan medicinas y personal médico

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El problema es que, tras nueve meses de bloqueo azerbaiyano al enclave, faltan medicinas y personal médico para hacer frente a tantos heridos, que se unen a los más de 400 provocados por los bombardeos de las Fuerzas Armadas de Azerbaiyán durante la pasada semana y por los combates entre estas y las milicias armenias. “Cientos de víctimas de quemaduras por la explosión en el depósito de combustible necesitan cuidados médicos especializados de manera urgente. Equipos del Comité Internacional de la Cruz Roja están repartiendo suministros médicos y ayudando a preparar las evacuaciones en ambulancia”, explicó la organización humanitaria en la plataforma X, antes conocida como Twitter. Al menos 10 ambulancias de la Cruz Roja partieron este martes del enclave en dirección a Armenia.

Azerbaiyán envió este martes ambulancias con medicamentos y 15 camiones de bomberos. La agencia azerbaiyana APA publicó un vídeo de bomberos azerbaiyanos colaborando en las labores de extinción este martes. El Gobierno de Bakú también permitió la entrada de helicópteros desde Armenia para llevar a personal médico a Stepanakert y evacuar a los heridos. En total, 168 heridos han sido trasladados a hospitales de Armenia por tierra y por aire.

Las evacuaciones están siendo dificultadas por el elevado número de personas que pretenden salir del enclave a medida que se prepara para ser “reintegrado” en la estructura administrativa de Azerbaiyán tras la derrota de las fuerzas armenias. Algunos karabajíes aseguraron en las redes sociales que la fila de coches llega desde la frontera de Armenia hasta la propia Stepanakert (una distancia de unos 77 kilómetros) y explicaban haber tardado hasta 20 horas en hacer el recorrido.

Las fotos de esta serpenteante carretera, el llamado corredor de Lachin, muestran filas de hasta cuatro vehículos ocupando el ancho de la calzada, pese a que solo posee un carril en cada sentido. Las autoridades karabajíes han pedido a la población que se mantenga en calma y no se lance a la carretera, para permitir así primero la evacuación de los heridos y de aquellos que han perdido sus hogares.

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