La economía global ha resistido los golpes asestados por la pandemia y la inflación. Incluso puede soñar con que las abruptas subidas de tipos de interés puedan saldarse en un “aterrizaje suave”. Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte de las “actuales perspectivas anémicas de crecimiento mundial”. En vísperas de las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial, la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva ha estimado en un discurso en Abiyán (Costa de Marfil) que los últimos golpes económicos han restado 3,7 billones de dólares (3,5 millones de euros) al crecimiento mundial desde 2020. Y ha avisado que la recuperación, que sigue en marcha, está siendo “lenta y desigual”. “Las desigualdades dentro y entre países se han incrementado y estamos afrontando una crisis climática existencial”, ha afirmado.

La semana que viene el FMI plasmará en sus reuniones, que este año se celebran en Marrakech, todas las preocupaciones sobre la situación económica global. No obstante, Georgieva adelantó este jueves algunos mensajes clave. El principal, que el mundo todavía está en una fase de recuperación económica que cada vez se ralentiza más. Después del rebote que siguió al batacazo de la pandemia, pues, la actividad ha recuperado la atonía que viene padeciendo desde la crisis financiera de 2008. “El crecimiento ha estado en una senda decreciente durante la última década”, ha afirmado la búlgara.

El mundo, ha dicho Georgieva, se ha vuelto propenso a sufrir shocks. Y estos no afectan a todos por igual: Estados Unidos exhibe fortaleza, India está en un buen momento, pero la mayoría de las economías avanzadas están desacelerándose y lidiando con un “crecimiento anémico” y China está por debajo de todas las expectativas. Además, la “fragmentación económica” —o, en otras palabras, la desglobalización— amenaza con minar las perspectivas de crecimiento. En abril, las perspectivas de crecimiento para 2023 eran del 2,8%, un punto por debajo de la media registrada durante las dos décadas anteriores a la pandemia. El FMI las actualizará el próximo martes.

En buena medida, el débil crecimiento mundial se debe a la agresiva política de los bancos centrales, que llevan un año y medio subiendo los tipos de interés y vendiendo deuda en los mercados. Sin embargo, para Georgieva, “luchar contra la inflación es la prioridad número uno”. “Gracias a las acciones decisivas de los bancos centrales y las políticas fiscales responsables, la inflación está reduciéndose en muchos países, pero es probable que siga por encima del objetivo, en algunos países hasta 2025″, ha advertido la directora gerente del FMI.

Menor cooperación internacional

La directora gerente de la institución, que considera que la inflación está erosionando el crecimiento, alertó a los banqueros centrales de “una relajación prematura” de sus políticas dado “el riesgo de que resurja la inflación”. Georgieva se unió a las voces que reclaman que los tipos de interés se mantengan en un territorio restrictivo durante más tiempo. “Ganar la batalla contra la inflación requiere que los tipos de interés sigan más altos durante más tiempo”, ha sostenido. Sin embargo, el endurecimiento de la política monetaria tiene un riesgo que vienen advirtiendo todos los supervisores globales: la estabilidad financiera está en riesgo. “La expectativa de un aterrizaje suave ayudó a impulsar los precios de varios activos. Pero una rápida reevaluación de estas perspectivas, con una inflación reapareciendo, podría llevar a un fuerte endurecimiento de las condiciones financieras, golpeando los mercados y las economías”, ha añadido.

El fondo abordará también otro de los riesgos que ya asoman. Tras la fuerte intervención de los gobiernos para salvar a empresas y puestos de trabajo, la deuda y el déficit se disparó. Según el propio FMI, la deuda pública en 2022 se situó en el 92% del PIB mundial. Es menos que los dos años anteriores, pero aún está en niveles máximos en plena subida de tipos y de los costes de la deuda. “Ahora afrontamos riesgos significativos por el lado fiscal. Para prepararnos para los golpes de mañana y hacer inversiones vitales, los países deben reconstruir su espacio fiscal”, ha afirmado Georgieva, quien ha agregado: “En la mayoría de los casos, esto significa políticas fiscales más duras”.

Georgieva ha urgido a invertir en la gente, a abordar las brechas en infraestructuras y tecnologías para energía verde y favorecer un crecimiento inclusivo. Y además, ha llamado a la cooperación internacional tras constatar que esta se está debilitando. “Los puentes que conectan a los países se están corroyendo a medida que aumentan las barreras al comercio y la inversión”, ha concluido la directora gerente.

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