Calcular el impacto ambiental de una empresa —lo que contamina en su actividad—, diseñar un envase para que pese menos sin perder capacidad protectora o preparar una solicitud para optar a subvenciones verdes. Son habilidades que ya se enseñan en varias carreras y másteres en España relacionados con la economía circular, el canon que propugna que, en teoría, los residuos son materia prima eternamente reutilizable. Guillermo Martínez, gerente ejecutivo de LHH, la consultora de selección del Grupo Adecco que trabaja con recién licenciados, explica que los estudios relacionados con el medioambiente, las energías renovables y la economía circular viven “un momento de ebullición”. “Apreciamos una colocación muy alta de estos perfiles. Casi pleno empleo. Es una realidad, no una moda”, explica.

Los estudiantes se embarcan en estas nuevas formaciones por dos motivos principales: un componente “ético”, entiende Martínez, es decir, la intención de cambiar las lógicas productivas clásicas, que agostan los recursos; y la certeza de que encontrarán “salidas laborales diversas y pujantes”. En España, la economía circular ya agrupa el 2% de los empleos, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y en la próxima década se crearán unos 70.000 puestos de trabajo.

La responsabilidad que implica estudiar estas carreras tiene reflejo en el propio campus universitario, donde una de las principales obligaciones es reciclar los residuos que se producen: latas, carpetas, cartuchos de tóner, briks…. Te recordamos dónde tirar cada uno de estos objetos.

LATA

Fabricada con aluminio, un material que se puede reciclar infinitamente, las latas son un envase universal gracias a su ligereza y polivalencia. Si antes de tirarla la aplastas (aquí te enseñamos cómo) puedes ganar mucho espacio en el cubo.

Forma de reciclarlo

Amarillo: Las latas de bebida van al contenedor amarillo, el lugar donde también se tiran los envases de plástico y los briks.

CARPETA

Aunque ambos modelos conviven, los tradicionales clasificadores de cartón han perdido terreno en favor de las carpetas de plástico, más flexibles y duraderas y con la ventaja de ver el interior de cada compartimento.

Forma de reciclarlo

Azul: Si la carpeta es de cartón o cartulina hay que tirarla al contenedor azul.

Gris: Las carpetas de plástico no cuentan como envases y por tanto hay que depositarlas en el cubo gris de la basura normal, la conocida como fracción resto.

Táper

El táper es un elemento icónico en la vida atareada del estudiante. Los más comunes son los de polipropileno, un plástico con cierta flexibilidad y de uso común. Existen otros más duros como los fabricados en tritán, una variedad de plástico que visualmente se asemeja al vidrio.

Forma de reciclarlo

Amarillo: En el cubo amarillo se deben depositar los envases de comida para llevar, como por ejemplo la caja plástica transparente de un pincho de tortilla.

Gris:Al no ser envases, la mayoría de los tápers se tiran en el cubo gris.

Brik

Inventado por un empresario sueco en la década de los cincuenta, el brik combina las bondades del aluminio, el plástico y el cartón en un envase multicapa ideal para alimentos y bebidas. En la actualidad se comercializa en todo tipo de tamaños.

Forma de reciclarlo

Amarillo: Los briks se depositan en el cubo amarillo. Como sucede con las latas, es mejor doblarlos previamente para aprovechar el espacio.

CUBIERTOS DE PLÁSTICO

Conviene reducir el uso de los cubiertos desechables de plástico o traer unos metálicos de casa. Si los cubiertos son plástico duro y transparente, una variedad que ofrecen algunos restaurantes, se pueden lavar y reutilizar.

Forma de reciclarlo

Gris: Hay que tirarlos al cubo gris.

Folios

Pese al auge de los materiales digitales, los folios, un compuesto de celulosa vegetal, aún son un artículo frecuente en cualquier universidad. Recomendaciones: intentar imprimir lo menos posible, servirse de papel reciclado y tratar de usarlo por ambas caras.

Forma de reciclarlo

Azul: El papel se tira en el cubo azul, el destinado a los envases de papel y cartón.

Bolígrafo

Una opción más ecológica es usar modelos recargables, de tal manera que solo cambiemos el cartucho de tinta.

Forma de reciclarlo

Gris: Su lugar está en el cubo gris, la basura normal. Algunas empresas fabricantes tienen programas de recogida periódica de bolígrafos.

Tóner

El tóner son los cartuchos de tinta ‘seca’ que se usan en las impresoras láser y se consideran residuos electrónicos.

Forma de reciclarlo

Punto limpio: Hay que llevarlos al punto limpio. Según la OCU, existen unos 22.500 puntos de recogida en grandes superficies, tiendas, centros comerciales y otros establecimientos.

Lo más codiciado por el mercado, entiende Martínez, es la habilidad para calcular y reducir la huella de carbono de las empresas, donde los estudios STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés), tanto grados como FP, gozan de cierta ventaja. “Estamos viendo un crecimiento enorme de los perfiles relacionados con la descarbonización. Tanto en la formación de jóvenes como en la reforma de un profesional senior”, asevera.

La transición ecológica generará más de 400.000 nuevos puestos de trabajo en la próxima década, según el Gobierno

Entre las profesiones con más potencial a corto plazo se encuentran los ecodiseñadores, los expertos en energías o consultores de logística sostenible, según un informe de la Universidad Internacional de La Rioja e Infoempleo de 2021. Un ecodiseñador trabaja para que los productos sean más fácilmente reciclables a la par que mantienen su atractivo y utilidad. Un experto en energías es necesario para investigar nuevas vías en las que dejar atrás las energías fósiles. Y un consultor de logística sostenible se encarga de, entre otras cosas, que una empresa reduzca su gasto en materiales o que vuelva más eficiente y sostenible su consumo energético.

También se abre camino la consultoría verde, destacan los expertos, un negocio cada vez más pujante entre los jóvenes profesionales que ofrece a las grandes empresas servicios como la medición del impacto ambiental de su producción o asesoría para encajar en los requerimientos de sostenibilidad europeos, cada vez más exigentes. Y sigue avanzando el empleo asociado al reciclaje de envases, con un crecimiento del 18,8% en los últimos cuatro años, según un informe publicado por el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud de Comisiones Obreras. Son oficios propios de una transición ecológica necesitada de nuevos profesionales para cubrir los más de 400.000 puestos de trabajo que generará en la próxima década, según las previsiones del Gobierno.

Estudiar economía circular

Alguien puede preguntarse cómo bajar a la tierra, a los libros y el día a día, conceptos en apariencia tan etéreos como los que divulga la economía circular. En la práctica, si se observan los temarios de estas formaciones, está todo bastante aterrizado. Esto es lo que se enseña, por ejemplo, en el máster Economía Circular: Aplicación a la Empresa de la Universidad del País Vasco, que celebra su cuarto año, con una mayoría de recién egresados –la mitad son ingenieros– en sus aulas: “Abordamos las bases teóricas de la economía circular en España y Europa, el ecodiseño industrial y el cálculo del ciclo de vida de un producto o servicio, entre otras cosas”, explica Rikardo Mínguez, su director.

Aula del máster Economía Circular: Aplicación a la Empresa impartido en la Universidad del País Vasco. ITXASO TRABUDUA

Otros posgrados van más allá y forman a sus alumnos en la gestión institucional de la emergencia climática o la transformación de residuos en nuevas energías. “Cualquier joven que esté planteándose qué hacer ha de saber que estos estudios tienen mucho desarrollo. Falta mano de obra de este tipo y quién se forme va a tener un trabajo ambicioso e interesante”, retoma Martínez, de LHH.

El experto subraya que los posgrados y másteres tienen todavía un “mayor punto de especialización” que los grados tradicionales, aunque entre ellos también surgen algunos tan específicos como el dedicado a la gobernanza inteligente y sostenible de las ciudades, de la Universidad Autónoma Barcelona, o las ingenierías de Minas que inciden en la búsqueda de nuevas materias primas y alternativas renovables a las energías fósiles. “Con el tiempo, veremos en cada gran empresa un puesto ad hoc que hoy no existe relacionado con esta transición verde”, afirma.

Algunos centros privados, como TheCircularLab, impulsado por Ecoembes, se centran en el ámbito profesional y tutorizan a jóvenes emprendedores –por el momento más de 200– que quieran desarrollar una idea de negocio. “Necesitamos que gente joven quiera estudiar y dedicarse a esto. Antes la sostenibilidad nos daba igual, ahora no. Los jóvenes tienen en cuenta cada vez más el impacto social de lo que hacen a la hora de decidir su futuro”, cierra Martínez.